sábado, 21 de abril de 2012

Historia de un Cuervo

 Escrito por Bil Gilbert
Readers Digest Abril de 1990
Pagina 51
Comentario: ¡Que maravilloso es que un ave descienda en picado desde lo alto del cielo para posarse junto a nosotros!
Titulo: HABÍA UNA VEZ UN CUERVO...

El pájaro, al parecer, había caído de un nido cercano a una de las pistas del aeropuerto Nacional de Washington, D.C. Un viejo amigo mio lo encontró y, como sabia que yo criaba cuervos desde hacia mas de 50 años, me lo llevo a Pensilvania una mañana de mayo.
Los cuervos jovenes son criaturas briosas y alharaquientas , de apetito insaciable. Este, en particular, comenzó a graznar inmediatamente pidiendo comida, y tuve que preparar una batea de alimento para cuervos -huevos duros, comida para perros y harina de avena-, ponerme una pizca en el dedo (que se asemeja al pico de un pájaro adulto) y empujarla hacia el gaznate casi siempre abierto del ave. Cuando alimento a los pájaros pequeños de esta manera, acostumbro gritarles "¡Hola!". Si se cacarea un poco, esta palabra suena como un graznido. En uno o dos días, los cuervos responden al "hola", que en consecuencia ha sido el nombre que utilizo con la mayoría de mis cuervos.
Durante los primeros días que Hola paso conmigo y con mi familia aumento su vigor saltando y aleteando alrededor de mi taller; recogiendo y arrojando clavos, pequeños destornilladores y cualquier otro objeto que pudiera levantar.
Como nosotros solo podemos suponer los motivos de otras criaturas, es imposible saber con certeza por que un cuervo se hecha de espaldas para hacer juegos malabares con el cono de un pino, por que arroja y recoje guijarros, o por que ejecuta acrobacias. En verdad, parece que estuviera jugando.
En los años setenta, las autoridades de Moscú llevaron cuervos de Siberia a la capital de URSS, con la esperanza de aminorar la población de palomas. Según informo Pravda en 19877, los moscovitas tenían nuevos problemas: los cuervos "han dado en deslizarse por las cúpulas doradas de las históricas iglesias del Kremlin" y estaban "bombardeando el domo de vidrio de los almacenes GUM en la Plaza Roja". ¿Las municiones que usaban?: "Pedruscos" preciso Pravda.
Los cuervos que han vivido conmigo frecuentemente se entretienen en recoger piedras y arrojarlas al arroyo. Tal vez hacen esto por la misma razón por la que nosotros en ocasiones arrojamos ociosamente piedras al agua: por diversión. Quizá los cuervos de Moscu confundieron al principio el techo de GUM con un estanque; pero, incapaces de formar ondas, siguieron arrojando piedras sobre el porque el martilleo y los rebotes les parecían divertidos.
A las seis de la mañana Hola podía volar, pero aun era torpe para aterrizar. Solía subir hasta las ramas mas altas de un abeto de 12 metros de altura, abrir el pico y chillar lastimeramente, pidiendo que alguien volara a llevarle comida. Como, por supuesto, ninguno de nosotros lo hizo, Hola finalmente hacia el intento de bajar hasta el hombro de un alimentador potencial. A veces lograba su objetivo, pero fallaba otras tantas y, entonces, nos daba de bofetadas al agitar las alas.
Aun después de que se convirtió en volador competente, Hola siguió siendo un buen andarín. Si decidía seguir a alguien al bosque, lo hacia volando de árbol en árbol; pero en los claros andaba de prisa, como un pato. Si se rezagaba de su comrañero, aleteaba un poco para alcanzarlo, o se posaba en su cabeza u hombro para pasear.
Yo tengo un gran pastor alemán, Zenas, que rara vez se aparta de mi. Por tanto, Hola caminaba a menudo junto a Zenas o, después de que se hicieron viejos conocidos, montaba en el. Un cuervo y un perro de unos 45 kilos correteando uno al lado del otro son un espectáculo digno de atención: mas aun si el can camina con expresión de ansiedad y el cuervo se balancea entre sus orejas. Zenas es un perro noble y leal, y toleraba al cuervo solo porque era otra de mis insondables idiosincrasias.
Hola había llegado a aceptarnos a nosotros y, hasta cierto punto, a Zenas, como cuervos extraños. Además de montar a Zenas, Hola lo tiraba de la cola y de las orejas con el pico, jugueteaba con su collar y, en ocasiones, lo acicalaba.
Los cuervos utilizan decenas de expresiones y gestos significativos, pero cada pájaro de esta especie aumenta creativamente su vocabulario. Muchos cuervos son talentosos imitadores; he escuchado a algunos repetir frases que han tomado de los patos, los perros y las personas.
Estoy convencido de que no saben, o no les importa mucho, lo que dicen tales casos, sino que gritan cosas como "Hola, Jake!", por el efecto llamativo de la expresión.
Cuando había calma, Hola se posaba en el hombro de alguien y emitía gorjeos, chasquidos y hasta zureos. Seguía haciéndolo mas tiempo y parecía interesado su la persona le respondía diciéndole algo como "Donde has estado, Hola? Dílo otra vez, Hola". Con el tiempo empezó a experimentar con el sonido mágico de su nombre, aunque nunca lo domino.
Esta conducta voluntaria, con un propósito definido, es una maravilla, hecha posible, en parte, porque los cuervos tienen grandes cerebros, mayores en proporción a otra especie plumífera. Frecuentemente los investigadores conductistas han comentado en sus laboratorios lo bien que los cuervos resuelven acertijos, manejan llaves y cerraduras y aprenden a efectuar ejercicios sencillos de conteo. El naturalista David Quammen escribió en Natural Acts ("Actos Naturales") que los cuervos podrían estar superdotados para su estadio evolutivo y, de esta manera, el aburrimiento es causa, en alguna medida, de su singular conducta.
Es común que los cuervos agarren objetos brillantes, entre los que se encuentran, según mi experiencia, cucharas, bujías, monedas e incluso anteojos. Los estudiosos de la conducta animal dicen que esto es simplemente una muestra de una actividad recolectora errónea. Pero todos los cuervos que he conocido podían distinguir perfectamente, luego de algunos experimentos entre una pinza y un cangrejo. No obstante, seguirás jugueteando con las nada apetitosas pinzas.
En realidad, los cuervos son omnívoros, capaces de comer casi cualquier cosa que no se los coma primero a ellos. Algunos córvidos ingleses han dado en merodear alrededor de los pescadores en lagos helados. Cuando los pescadores van a calentarse, los cuervos descienden y tiran de las cuerdas con pico y patas, y toman cualquier cebo o pescado que halle en el extremo.
Muy pronto hola descubrió mis cigarrillos. Entonces se paraba casualmente en mi hombro, metía el pico en el bolsillo de mi camisa, sacaba un cigarrillo y emprendía el vuelo con el en el pico. Comencé a volver la cajilla de cabeza, pero el cuervo pronto tuvo la fuerza suficiente para cogerla y salir volando con ella, esparciendo cigarrillos mientras se alejaba. Empecé entonces a llevar los cigarrillos en los pantalones, lo cual redujo las perdidas, pero enseño que en estos bolsillos había objetos mas interesantes, como las llaves del auto.
A mediados de agosto, Hola normalmente estaba alrededor de la casa solo un par de horas, en la mañana y en la tarde. Cuando se acercaba a nosotros era afectuoso y parlanchín, como siempre, pero era obvio que nuestras actividades ya no absorvían toda su atención.
El proceso de separación es duro, para los que se quedan; es como observar los últimos días de la infancia de un joven. Sin embargo, nos hace apreciar mas las cosas tal como fueron alguna vez. Una mañana, Hola empezó a saludarnos con una grandiosa aparición. Primero lo vimos en el aire a unos 800 metros, como una mancha negra contra la montaña. Manteniendo su altura, voló directamente encima de nosotros y comenzo a descender, girando en ceñidas espirales, deslizándose hacia atrás y a los lados, hasta que se poso junto a nosotros.
No había ninguna razón para estas acrobacias o, en todo caso, para que se nos uniera. Quizá Hola lo hacia por puro gusto. Ciertamente, a nosotros nos implica. Tener un cuervo que desciende en picado desde gran altura para posarse junto a nosotros, origina un potente sentimiento de contacto; la impresión de que ha habido una mescla natural de esencias que son ajenas entre si por naturaleza.
Existen riesgos inherentes a estas relaciones, especialmente el temor de que terminen de manera trágica. Pero el fin de Hola llego como debía ser. Una mañana, bajo y fue de paseo con nuestro hijo y nuestra nieta, regreso con ellos a la casa, comió un poco y remonto el vuelo. Ninguno de nosotros ha vuelto a verlo desde entonces.
Yo se que el impulso de compadecerse de otros animales es una característica de nuestra especie; y los cuervos son tan inteligentes y descarados, que constantemente me hacen reír y sentirme bien. Pero también me hacen reflexionar... acerca de ellos, de mi mismo y, continuando en esa linea, sobre el mundo en general.
Durante las siguientes semanas a la partida de Hola, gritaba "¡Hola!" - no tanto con esperanza, cuanto reflexivamente a los cuervos que pasaban, ninguno de los cuales me reconocía. Por ultimo desapareció el fuerte sentimiento de perdida, como de esperarse. Lo que perdura son los recuerdos de un magnifico cuervo y la gratitud por el maravilloso tiempo que pasamos juntos.

CONDENSADO DE "SPORTS ILLUSTRATED" (19-XXII-1968 DERECHOS DE AUTOR 1968 POR TIME INC. DE NUEVA YORK.